Ya
he mencionado su función holística como
gran relajante y renovador de la energía, ya que este masaje se sirve de la
elasticidad y robustez de las cañas de CARRIZO para conseguir un estado de
relajación absoluto y liberar las tensiones acumuladas.
Los
movimientos de las cañas de CARRIZO sobre la piel producen un efecto sedante sobre las terminaciones
nerviosas y es muy efectivo como relajante muscular.
Además, gracias a la técnica de presión por rozamiento y deslizamiento, esta terapia favorece el drenaje de líquidos retenidos y la regeneración de los tejidos, por lo que combate la grasa localizada y reafirma la piel.
Es
decir, elimina toxinas, reactiva los trastornos
circulatorios, mejora la circulación sanguínea, combate la celulitis y remodela
la silueta, gracias a las diferentes longitudes y diámetros de las cañas
de bambú que se adaptan perfectamente a los contornos corporales remodelando la
figura.
Por todo ello podemos decir que este masaje es
ideal como tratamiento de contracturas, relajación, drenaje linfático y
revigorización general.
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